La fisioterapia es una disciplina dentro de las ciencias de la salud que emplea agentes físicos y técnicas manuales con el fin de mejorar el movimiento y la funcionalidad del cuerpo humano. Esta especialidad recurre a recursos naturales y a intervenciones mecánicas como el ejercicio terapéutico, la manipulación corporal y otras modalidades físicas para prevenir y tratar disfunciones.
El término “fisioterapia” proviene del griego physis (naturaleza) y therapeia (tratamiento), reflejando su enfoque natural y no invasivo. Su finalidad principal es optimizar las funciones corporales que afectan directamente al movimiento humano, dado que cualquier alteración en los sistemas que regulan el cuerpo impacta en la movilidad general. La fisioterapia interviene cuando una persona ha sufrido una pérdida total o parcial del movimiento, ya sea de forma temporal o permanente, utilizando métodos respaldados por la evidencia científica. Además, desempeña un papel clave en la prevención, favoreciendo la salud integral antes de que aparezcan las disfunciones.
El propósito esencial de esta profesión es fomentar, conservar, recuperar y potenciar la salud física de las personas, contribuyendo así a una mejor calidad de vida y a su integración activa en la sociedad. Mediante un análisis individualizado, se trabajan las capacidades motrices para restaurar la funcionalidad, siempre con un enfoque preventivo y personalizado.
El trabajo del fisioterapeuta también abarca la realización de evaluaciones específicas, tanto manuales como instrumentales, para determinar el estado de la musculatura, la conducción nerviosa, el rango articular y la capacidad funcional del paciente. Estas pruebas permiten elaborar un diagnóstico fisioterapéutico preciso y diseñar un plan de tratamiento adecuado, al tiempo que se hace un seguimiento de la evolución clínica con herramientas diagnósticas complementarias.
La fisioterapia, como profesión sanitaria, forma parte del entorno universitario, con formación académica rigurosa que respalda su práctica. No puede entenderse únicamente como un conjunto de técnicas; es un abordaje completo del ser humano que requiere comprenderlo desde su dimensión biológica, psicológica y social. Este enfoque integral es esencial para ofrecer una atención realmente efectiva y centrada en la persona.